Año 1955,
el cine de Holliwood hacía presencia a nivel mundial con tan millonarias
producciones. Los visitantes al ciclo de Marilyn Monroe, pudieron ver filmes de
ese tipo. Recordemos a Howard Hawks y Billy Wilder como principales de la
cinematografía.
El contexto
del cine ha cambiado bastante, dicen de éste: las temáticas obedecen a la época
–no en todos los casos-, pero, ¿podríamos decirlo de Stanley Kubrick? Sepamos
también, también hacía presencia el “cine negro”, novelas policíacas y
adaptaciones fílmicas de éstas. Y, este es el inicio de un Kubrick.
En este
caso, la historia circunstancia a un peleador del box, que tiene más deseos de
relajarse junto a sus parientes que seguir peleando: Gordon. Hay una mujer
detonante en la historia del filme: Gloria. Un hombre posesivo: Rappalo. Hablando
de los personajes únicamente, parecería cualquier historia, ya sea
convencional, simple o igual a todas. Pero, los complementos que logra Kubrick
como en la fotografía y todas sus partes, le hace ver como una auténtica
historia del cine negro.
Hablando de
particularidades, detalles, rupturas e inconsistencias del filme, hicimos notar
una obsesión de amor y perseverancia. El cineasta no dio total demencia a uno
de sus personajes, decíamos de esto, Kubrick tomaba al más débil y lo repletaba
con demencia. Hablamos también de la parte semántica por la capacidad de signos
y símbolos que es capaz de producir en algunas escenas. Destacando aspectos de
esto, hablamos de la escena donde Gordon somete a Rappalo y a sus compinches,
lugar donde tienen secuestrada a Gloria. Kubrick acerca la cámara a la carta
que tiene en la mano uno de ellos, esta parte, representa una estrategia para
someter a Gordon.
De las
inconsistencias, decíamos de rupturas en la construcción fílmica. Movimientos
no predecibles de los personajes. También se habló de los cuadros logrados, ese
blanco y negro constructor de sombras que complementan las gesticulaciones de
nuestros personajes.
Y el
silencio se hizo.
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