De nuevo
Kubrick trabaja un filme del cine negro; descartémoslo del “policiaco”. Otro
blanco y negro, perfecto para acoger esas gesticulaciones de hartazgo que, bien
podía Kubrick producir en sus personajes. Para algunos apreciadores de la
técnica: Voz en off, lo que llamaríamos en español como: Narrador (en este
caso: narrador omnisciente), les vendrá bien este festín y les hará una
magnífica digestión.
En este
filme, nuestro cineasta hace necesario la alteración del tiempo y lugar, todo a
través del narrador. El orden lo lleva y hace éste. Otros aspectos técnicos,
podemos resaltar los magníficos encuadres
que hace de los “malditos”, esos primeros planos que encasillan al
espectador poner toda la atención en sus rostros. Hay un desorden en la
presentación de los personajes, bien pudimos equivocarnos al pensar en Marvin
como el principal personaje, nada de eso: Kubrick no es simple. Lo presenta
desde un principio por su labor en el atraco: reunir a los elementos
suficientes para ejecutar la acción.
El filme no
presenta características previas sobre los personajes que son reclutados para
dicho atraco, pero, quién diablos somos nosotros para reclamar… Nos conformamos
con saber de su fin común: el dinero. Todos presentaban problemas económicos,
algunos necesarios, otros ambiciosos.
Tomando
otro rumbo crítico al filme, podemos hablar de la distinción de mujeres
presentadas en el filme, las únicas dos mujeres son los diferentes polos de una
personalidad de mujer. Fay (esposa de Johnny) representa a la mujer domesticada
y atenida al hombre por su sagacidad en sus decisiones; Sherry (esposa de
George) representa a la mujer abusiva, lista y ambiciosa.
Hablando de
otras particularidades en los personajes, tenemos a Maurice, el tipo que saca
de un local de juego de ajedrez. Se le solicita por su habilidad para pelear.
El dato curioso es que en realidad es un luchador. Después, Nikki es un
oportunista. En éste último, llamado realmente Timothy Carey, tiene cierta
particularidad en su manera de hablar, los movimientos de la mandíbula, bien
sirvieron para que Kubrick se diese cuenta de su necedad por presentarlo en
filmes posteriores como en: Senderos de gloria.
En la sesión de comentarios, hubo un visitante participante. Habló de su notable semejanza al filme de Q. Tarantino titulado: Perros de reserva. Lo que vendría siendo al revés. La particularidad más evidente es la participación de los personajes sin conocer al otro, de igual modo lo hace Tarantino en dicho filme.
En este
filme, Kubrick de nuevo toma al más débil, lo forja a través de humillaciones y
termina dando el giro al filme. George nos resulta una sorpresa, al sacar tan
de repente su arma y disparar contra el amante de Sherry. Sabía ya de la
traición de Sherry, así que no podía morir hasta llegar a casa y asesinarla.
Johnny, el autor intelectual del atraco, termina quedándose el dinero y aquí un
final tan inesperado.
Y se hizo
el silencio.
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