Le preguntaron de que calor hablaba, muy locuaz resulto su silencio, penetro por todas las paredes, se corrió hasta por la ventana deprimiendo los arboles. Se paró y tomó su estomago y lo puso en la mesa junto al perchero, resulto una maleta estilo boquín, dentro había dos teléfonos celulares, los cuales usaba frecuentemente. Yo me paré y tome el de color gris, le pregunté ¿por que dos celulares?. Con su rostro repleto de seriedad me respondió; ese es para hablar con dios, el otro para hablar contigo. Solté un bostezo, me quité el cuerpo, tomé postura diáfana posición de irme...
Tire el celular que tenía en mano y lo volví al piso, leí sus pensamientos ensimismados y por fin me pregunto; ¿por que lo tiras?... antes de inexitsir le dije que Nietzsche había visitadome por la tarde con buenas noticias sobre dios... El señor del tridente cerro la puerta y le dijo mirando sus ojos con fuego; Efectivamente, dios ha muerto...
Dios había muerto incluso antes de que existieran los celulares. Nietzsche fue un profeta tardío.
ResponderEliminarsi....de hecho ese día llegó tarde a la reunión...
ResponderEliminar