La primera vez que la miré,
estaba sobre un escalón,
ella detrás de sus lentes,
con los brazos cruzados
como encerrándose en el mundo
tan suyo...
Con sus cielos cristales miraba el espejo del lago.
No hay nadie más para ella, yo que escribo, sólo hay un; ella...
Estas serán las únicas palabras silenciosas que cruzaremos.
Girara sus anteojos y se retirara,
yo envejeceré la hoja que será testigo
de nuestro encuentro mudo...
Autor: Victor Hugo
Fuente: Ecos mirados...
Musa: Cabellos dorados en latín...
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ResponderEliminarOye... ¿cómo es estar recargado en un escalón?
Es amor?, wow, encontré algo de Amor por aqui...
ResponderEliminarNo, pero me dije a mi mismo que si algún día volvía a encontrarla, pretendía eso...
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