martes, 27 de abril de 2010

...

Escribo palabras mudas, ilegibles que sólo mi mente concibe. Comiendo naturaleza desarrollo mi delicadeza, me tumbo boca arriba, mirando el techo toco las estrellas, mis ojos divagan, van, vienen y voltean, buscan formas de siluetas invisibles, cada imagen es un espiral, algunos portar retratos tienen vida propia sospecho que me acompañan, los veo moverse, caminar y pensar, los ignoro y me vuelvo a la magnificencia de un destello que brota de una pequeña luz encendida. Siento un cosquilleo en mi nuca, desciende por mí espina dorsal, se posa en el cóccix, atraviesa mi vientre y revoloteando se va. Mis oídos captan el sonido del viento, el goteo de una fuga, un zumbido, un murmullo. De ese momento sólo quiero el silencio, palabras versus pensamientos, mi misantropía contra mí filantropía. Y es mi utopía la que me controla esos días. Cuestiones que invaden mi mente, es mi porvenir quien reaparece. Veo las horas pasar, arrastrándose junto a mí, rosando mis latidos y haciéndome vivir. Es este el momento dónde comparto conmigo mis sentimientos, mis sueños, mis más grandes anhelos y algunas veces un poco de mis miedos, soy tan egoísta que me niego a revelarme mis propios secretos, es por eso que creo telarañas cuando como un poco de hojarasca, para no dejarles escapar.

Autora: Daniela Odemaris
Fuente: Humo verde
Dirigido a : Nadie

1 comentario:

  1. nada como un toke con las personas apropiadas, alguien que tenga la capacidad de provocar una extasiacion cerebral, donde solo se noten los pensamientos flotantes tuyos y d e tus colegas, y cuando te das cuenta llevas horas ablando de algo o muy filosofico o muy social... la marihuana es una maravilla para fines mentales

    ResponderEliminar