Miramos una
entretenida comedia, una magnífica actuación por parte de Ginger Rogers y Cary
Grant, en cuanto a su encarnación de personajes de distintas edades. Por
desgracia, encontramos a Monroe inmadura en su personaje a pesar de ser fugaz,
como en otras películas, pero, recordemos que son sus inicios.
Hablando de la trama del filme, encontramos
una magnífica transición de las escenas y las situaciones, un estupendo
montaje. Nos pudimos percatar también, de asombrosa continuidad y progresión
del filme.
Con Ginger
Rogers, deleitamos con su belleza a nuestros dichosos ojos. Esposa de un
magnífico científico pero ingenuo hombre, el dilema del oficio y personalidad.
Barney (Cary Grant), con su semblante del típico actor de la época de los 50´s,
pero, eso no quita su estupendo trabajo como actor. De quien es pertinente
hablar, es de Charles Coburn, el jede de Barney, siempre con su puro y su
mono-lente. Monroe ya muestra más sensualidad, notamos a los cineastas más
interesados por mostrar sus dotes físicos y he aquí una demostración.
En los
comentarios, hablé de una interesante analogía en cuanto a eso de la “formula”,
quizá represente las deficiencias de los adultos, cosas como: perdida de los
sentidos, la alegría adolescente, el humor…
Lo que se
haya propuesto nuestro cineasta, lo ha logrado, logró provocar en nosotros (su
público) una magnífica respuesta de estímulos.
Hago
referencia a una frase dicha por Barney: La adolescencia es un montón de
comportamientos infantiles y adolescentes. Tenemos aquí un tema
interesantísimo, muestra en ellos, los consumidores de la formula, un retroceso
en su edad mental y todos se infantilizan. El comportamiento del mono, también –quizá-
represente el comportamiento y lo absurdo del humano, cuando los científicos la
beben y se transforman den Gus, el mono.
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