lunes, 19 de julio de 2010

Como humo...

Mi parentesco es con los hombres del humo, ese humo que daña los ojos, por eso es más rápido un parpadeo que un bostezo.
Humo que sale de la grosera boca y se extiende hasta su hiedra diáfana.
Repentino como una conversación vulgar, escuchantes huidos que llaman a otros, luego la misma cosa.
Resulta que hemos dado la vuelta al mundo, como un rumor que correo rápido, por equivocación o por simple comunicación. Fuimos y venimos, nos volvemos a largar con nuestra condenada sombra a pasear pasos repetibles, con flojera matutina.
Creamos nueva especie, humanoides más robustos, cerebros más pequeños, violencia que se mide por tamaños y la inteligencia se mide por violencia.
Mentirosos además. Es que estas pesan en las cuerdas bucales, por eso deben salir tan rápido como improvisadas, que atacan al pecho muy profundo, eso es cierto, pero el arrepentirse da igual.
Humo verde contamina no sé que cosa, siempre es más, construyendo siempre cajas que aguardan mentirosos, esperando convertir un soliloquio en un epitafio. Cuando el cuerpo deja la vida, todos tienen su ceremonia, así hayan sido los peores demagogos.
Soy como el hombre humo verde y gris, se fuma rápido, se intoxica y se va inmediatamente.....

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